lunes, 11 de octubre de 2010

Las 3 verdades que no son tan obvias

Hace un tiempo que no estoy escribiendo, y anoche estuve filosofando en mi insomnio sobre ciertas cosas que observo.

Verdad Nro 1: No todo lo que brilla es oro, y no siempre lo bueno debe brillar.

El precio que normalmente se paga por las cosas de calidad, es en muchas ocasiones muy alto, aunque como “es de calidad” vale su precio. No siempre es así por las cosas que vienen respaldadas por una marca, que a veces, y solo a veces son de calidad, pero lo que uno paga en exceso es por la marca que respalda el producto. Esto es claro con las zapatillas deportivas NIKE por ejemplo, se fabrican en Asia por la decima parte del producto, pero al llegar a las tiendas con un pedazo de tela al costado ya vale mucho mas.
También se puede notar esto en automoviles como la Volvo, que aunque son autos relativamente caros, considerados “de lujo”, tienen certificaciones de seguridad y calidad que respaldan el precio superior. Que conste que he manejado un volvo y no es la GRAN cosa, pero como nunca choqué un volvo no puedo certificar su seguridad.
El software tambien sufre este mal, un software de muy mala calidad, con el logo de una empresa de renombre que lo respalde repentimente puede subir su precio exponencialmente. Pagamos un precio muy alto por un sticker y por unos CDs con imagenes holograficas (brilla), siendo que el software sigue siendo malo (pero no es oro).
Existe también software que es desarrollado por las grandes mentes de la humanidad, y que viene en CDs baratos (no brilla), con un sistema de soporte y documentación excelentes (es bueno). Pero la humildad que caracteriza a sus creadores quizas los mantiene con un perfil bajo.

Verdad Nro 2: La oferta y la demanda

Esto es asi para los productos asi como también para los servicios. Hay una demanda por servicios de calidad, y no todos los profesionales (o los que se dicen profesionales) son capaces de dar servicio de calidad, o por lo menos un respaldo y garantia.
Hoy día el que se hace llamar “genio de la informatica”, “hacker”, son en realidad gente que copia y pega el “crack” en una carpeta de programas. Pero no sabiendo que según las estadísticas, ese crack es probablemente un virus. El termino para denominarlos es “script kiddie”, sí, es un termino despectivo. No se merece elogios la persona que instala un antivirus, y usa un crack (virus) para poder usarlo de por vida sin pagar a los fabricantes.
A la creciente demanda de profesionales del area de informática, los colegios, las universidades y los centros de formacion estan entregando “script kiddies” con un titulo que los certifica como “hackers”.
La demanda de verdaderos “kackers” existe, expertos en su area no solamente en la intrusion en sistemas protegidos, sino en la creatividad del cracking, en la sutileza de la programación, y la supremacía de la ingenieria social, existe una demanda, pero la oferta de esas pepitas de oro es opacada por los CDs holograficos que no son oro. Y asi el mercado sigue estancado, y la mano de obra calificada migra.

Verdad Nro 3: El camino fácil no suele serlo

El camino fácil hacia las cosas, que no requiere de disciplina, de sacrificios, el camino fácil de “copy & paste” no requiere de mucha creatividad, inversion o incluso de iniciativa y proactividad. Por algo se llama el camino fácil. Este camino facil, ultimamente esta plagado de gente, y no se vuelve tan fácil al largo plazo, pues las mismas leyes de la oferta y demanda lo rigen. Si todos siguen el camino fácil, entonces, el camino facil esta plagado de competencia. Y nadie se queda con la torta, o por lo menos no al largo plazo, pues los jefes siempre notan quien trabaja en serio y quien solo copia y pega, y definitivamente siempre notan quien no vale su precio.

Conclusion: Pasear en volvos brillosos puede ser bueno, comprar CDs brillosos no tanto. Debes ofrecer lo que la gente demanda, y eso siempre es calidad no brillo. Y por ultimo debes cultivar tu creatividad, disciplina, inicitiva y por sobre todo la etica, eso vale mas que el oro, y los jefes lo notan, o por lo menos deberian notarlo para ser jefes.